¿Por qué es tan importante el estado de flujo de caja?

El estado de flujo de caja o cash flow registra todos los movimientos de liquidez realizados por una empresa en un periodo concreto. Gracias a él podemos saber, por ejemplo, cuántos recursos ha reinvertido la compañía en su propio negocio, cuánta deuda ha emitido o cuánto dinero ha dedicado a la retribución de sus accionistas. Su relevancia va mucho más allá del registro de los movimientos de tesorería. Como explicamos en este artículo, el estado de flujo de caja es importante porque permite construir el puente entre la información contable publicada por una compañía y la realidad económica del negocio que hay tras ella. Sin ese puente, el trabajo de un inversor se vuelve imposible.  

21/08/2024
¿Por qué es tan importante el estado de flujo de caja?

El estado de flujo de caja o cash flow registra todos los movimientos de liquidez realizados por una empresa en un periodo concreto. Gracias a él podemos saber, por ejemplo, cuántos recursos ha reinvertido la compañía en su propio negocio, cuánta deuda ha emitido o cuánto dinero ha dedicado a la retribución de sus accionistas. Su relevancia va mucho más allá del registro de los movimientos de tesorería. Como explicamos en este artículo, el estado de flujo de caja es importante porque permite construir el puente entre la información contable publicada por una compañía y la realidad económica del negocio que hay tras ella. Sin ese puente, el trabajo de un inversor se vuelve imposible.  

El contexto del flujo de caja

En el artículo anterior explicamos la estructura del estado de flujo de caja o de cash flow y el papel que juega dentro de la contabilidad de un negocio. Pero para extraer todo el valor de este documento, es necesario tener unos conocimientos previos del negocio que permitan contextualizar esta información contable.  

El estado de cash flow clasifica cada movimiento de efectivo en función del tipo de actividad de la empresa que lo provocan, distinguiéndolos según tengan una naturaleza operativa, inversora o financiadora.  Como regla general, las primeras dependen de las condiciones del día a día del negocio, las segundas de la estrategia corporativa y las terceras de la relación existente entre la compañía y sus proveedores de capital –accionistas y bonistas–. Esta clasificación establece el marco analítico necesario para poder entender la información contable reportada en el estado de cash flow en toda su extensión.  

Por tanto, para poder analizar este importante documento en profundidad, es necesario conocer los detalles del entorno competitivo de la empresa –nos ayudará a entender su cash flow operativo–, la posición que el equipo directivo quiere que ocupe la compañía dentro de su sector –imprescindible para entender el cash flow de inversión– y la tradición o cultura corporativa –necesaria para entender el cash flow de financiación–. Sin ese conocimiento previo es imposible dotar de contexto a la información financiera. Y, sin ese contexto, no podremos descifrar el verdadero significado del lenguaje contable. Veremos números, pero no sabremos qué significan. Sabremos el cuánto, pero no el porqué. Sin contexto, el trabajo del analista se queda vacío.  

El flujo de caja libre o Free Cash Flow

Una vez que aportamos el contexto necesario al estado de flujo de caja podemos empezar a estudiar sus diferentes magnitudes. La más importante de ellas, sin duda alguna, es el flujo de caja libre o free cash flow.  

El flujo de caja libre nace porque, para saber lo rentable que es un negocio, además de considerar lo que gana, se deben considerar las inversiones necesarias para mantener y hacer crecer sus activos —por ejemplo, inventarios, maquinaria o investigación y desarrollo—. 

El flujo de caja libre representa el efectivo que la empresa genera por encima de esas necesidades de inversión y, en su expresión más básica, se calcula restándole el Capex al cash flow operativo. Cuando una empresa obtiene más caja con sus operaciones para mantenerlas, se dice que puede generar flujo de caja libre. Es una magnitud de la rentabilidad en términos de cash que tiene una empresa después de realizar sus inversiones.  

El flujo de caja producido por encima de las necesidades de inversión se llama libre porque son los recursos de la empresa que puede distribuir retribuir a sus accionistas a través del pago de dividendos o mediante la recompra de acciones si así lo estima su equipo directivo. También pueden emplear esos recursos para hacer inversiones que le permitan expandir el futuro de la compañía o adquirir otras empresas. Por último, puede mantener el efectivo dentro de su balance para mejorar sus niveles de liquidez o repagar deuda para aumentar sus niveles de solvencia.  

Como dijimos anteriormente, el flujo de caja libre es la pieza clave del estado de cash flow. Su importancia reside en que une las tres secciones que componen este documento: primero, parte del efectivo generado por las operaciones; segundo, refleja los recursos que la empresa reinvierte en su propio negocio registradas en la sección de inversiones; y, tercero, determina las necesidades de capital que muestra la sección de financiación y, por extensión, la capacidad de la compañía para retribuir a sus accionistas.   

El flujo de caja libre y el valor de una empresa

Pero el flujo de caja libre no solo informa de la rentabilidad de una empresa, sino que, además, determina su valor. Para explicar la relación entre el flujo de caja libre y el valor de una compañía es necesario que nos remontemos a principios del siglo XX, cuando John Burr Williams desarrolló el primer método de valoración de la historia.  

Williams estableció que el valor de una empresa es igual al valor presente de todos los dividendos que esta pagará a sus accionistas en el futuro. Pero, con el tiempo, los académicos se plantearon algunas dudas: ¿Qué pasa si la compañía no paga dividendos porque está realizando un ciclo de inversión para crecer? En este caso, ¿acaso la empresa no tiene valor? ¿Qué pasa si en vez de pagar dividendos recompra acciones? ¿Y si en lugar de pagar dividendos está empleando sus recursos para reducir deuda? O ¿Qué pasa si la empresa paga generosos dividendos a base de incrementar su endeudamiento? 

Poco a poco, se aclaró que el factor determinante del valor de una compañía debía ser anterior al pago de dividendos. Así, los académicos empezaron a calcular lo que vale una empresa como el valor presente de los flujos de caja libre que generará su negocio en el futuro.   

El flujo de caja libre es una magnitud válida para valorar una compañía porque refleja la cantidad de efectivo que sus propietarios pueden extraer de ella sin reducir su valor. Esta representa los recursos que pueden usar los directivos de la compañía para ampliar la riqueza de los accionistas. Con ellos pueden invertir para crecer, pagar deuda, recomprar acciones, pagar dividendos o no hacer nada y guardarla en el banco. 

En otras palabras, es la caja que queda disponible para que el equipo directivo la emplee en su estrategia de asignación de capital y, por tanto, de ella depende la opcionalidad de la empresa. Y, al igual que ocurre con cualquier otro activo, cuanto mayor sea su opcionalidad, mayor es su valor. Es evidente que existe una relación directa entre el flujo de caja y el valor de una empresa. Por este motivo, es la pieza de información más importante que aporta el estado de cash flow.  

De la contabilidad al negocio

Los movimientos de efectivo que realiza una empresa no ocurren porque sí. Estos son consecuencia de sus actividades operativas –por ejemplo, la venta de mercancías o el pago de salarios, intereses e impuestos– y de su estrategia de asignación del capital –por invertir en el negocio, retribuir a los accionistas o emitir deuda–. 

Por este motivo, cuando se analiza el estado de cash flow, no basta con estudiar las magnitudes contables, sino que es necesario entender la realidad económica que hay detrás. Para ello, el analista ha de preguntarse constantemente qué es lo que ha provocado cada movimiento de efectivo, qué dicen esos movimientos sobre el contexto del sector y qué información aporta sobre su modelo de negocio.  

En este sentido, un análisis minucioso del estado de cash flow permite resolver cuestiones como:  

  • ¿La política comercial de la empresa es generosa con los clientes en términos de cobro o son los proveedores los generosos en términos de pago? 
  • ¿El resultado operativo de la cuenta de pérdidas y ganancias implica como consecuencia un movimiento real de efectivo o responde a puros movimientos contables?   
  • ¿La empresa está invirtiendo para crecer o simplemente se está manteniendo? 
  • ¿Está endeudando su balance o reforzándolo? ¿Cómo es su política de retribución a los accionistas? ¿Paga dividendos? ¿Está recomprando o emitiendo acciones? 
  • ¿El negocio genera los recursos suficientes para financiar las operaciones o es necesaria financiación externa? 
  • ¿Cuáles son las principales fuentes de recursos? ¿Y sus mayores usos? ¿Son coherentes con la estrategia de la empresa? 
  • ¿Coinciden los movimientos de efectivo con los objetivos estratégicos expuestos por el equipo directivo o no siguen una dirección identificable? 
  • ¿La empresa genera flujo de caja libre porque sus operaciones son rentables o porque está invirtiendo menos de lo que debe? 
  • ¿La retribución a los accionistas es financiada con flujo de caja libre o ampliando el endeudamiento de la compañía? 

Puede que los analistas con menos experiencia queden sorprendidos por la cantidad de información sobre un negocio que se puede descubrir viendo el estado de flujo de caja y sin emplear un solo ratio. Pero, los más experimentados, saben que basta con plantear las preguntas adecuadas para desentrañar la realidad económica que oculta la información contable.  

La importancia del cash flow

El estado de cash flow es un cruce de caminos en el que confluyen la situación operativa, financiera y estratégica de una empresa y en su centro está el flujo de caja libre. Su contenido es clave para que los inversores podamos tender un puente que una la imagen contable de las cuentas con la realidad económica del negocio. Un puente que permita pasar de la información cuantitativa al conocimiento cualitativo, del cuánto al porqué. Sin un análisis minucioso del estado de cash flow es imposible conocer la salud de un negocio ni el valor de una empresa. Se trata, por tanto, de un documento crítico para el trabajo de un inversor.  


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