“Ha habido muchas oportunidades de deuda en las caídas del mercado”
Joaquín Álvarez-Borrás, Gestor de Renta Fija de Bestinver, aborda el actual entorno de deuda y pone en valor las oportunidades que brinda el mercado. Aunque afrontamos un contexto poco habitual, los fondos han aprovechado para invertir a buenas valoraciones.
19/05/2022Joaquín Álvarez-Borrás, Gestor de Renta Fija de Bestinver, aborda el actual entorno de deuda y pone en valor las oportunidades que brinda el mercado. Aunque afrontamos un contexto poco habitual, los fondos han aprovechado para invertir a buenas valoraciones.
La renta fija ha estado sufriendo caídas de precio generalizadas, tanto en los bonos públicos como los corporativos. “Son dos valores que normalmente tienen un comportamiento opuesto, pero en el caso de este año, no”, explica Álvarez-Borrás. Esto se debe a la confluencia de la inflación por un lado y la invasión de Ucrania por el otro. En el caso de la deuda pública, esta se está viendo afectada por los bancos centrales, que en los últimos meses han cambiado su discurso. Pese a que en anteriores crisis los bonos soberanos habían actuado como activo refugio, la expectativa de una subida de tipos lleva al mercado a vender y, por tanto, los precios se ven presionados a la baja.
En el caso de la renta fija corporativa, Álvarez-Borrás considera que la inflación “no tiene por qué ser mala si hay mejora de beneficios empresariales y un buen crecimiento económico”. Sin embargo, la guerra ha minado la confianza tanto de empresarios como consumidores, lo que “hace que la perspectiva para el crecimiento económico sea mucho más incierta”, detalla el gestor.
Pese al entorno, el inversor puede estar tranquilo, ya que la previsión es que a doce meses los fondos continúen en rentabilidades positivas. “Esto se debe al colchón que hemos conseguido con la rentabilidad al vencimiento que tenemos en la cartera”, explica. Por ejemplo, el fondo Bestinver Corto Plazo tiene una TIR (rentabilidad al vencimiento) del 0,8%, mientras que el Bestinver Renta tiene, de media, un 4%. Por su parte, el Bestinver Deuda Corporativa la mantiene en el 6,5%. Esto quiere decir que, si los precios de los activos no se mueven en el próximo año natural, el inversor obtendrá esa rentabilidad y que, en caso de caídas, las carteras todavía cuentan con ese margen de sus activos.
Además, subraya que los fondos de deuda de Bestinver gozan de carteras muy seguras. “No vemos un riesgo de quiebra alto en las carteras”, detalla Álvarez-Borrás. Es una situación que se ha dado en el mercado con el estallido de la guerra en Europa, donde algunos bonos rusos han caído de forma estrepitosa hasta alcanzar valoraciones prácticamente de quiebra. “No hemos tenido exposición a Rusia y no vemos ahora mismo ninguna posición en la cartera de la que tengamos miedo de que quiebre”, destaca.
Al respecto de la trayectoria futura de los precios, el gestor valora que “lo lógico es que la inflación, desde estos niveles, empiece a bajar; de hecho, los últimos datos ya han dado una pequeña señal de que la tendencia está dándose la vuelta”. Los economistas prevén que para 2023, los índices de inflación ya vuelvan otra vez a los niveles dentro de los objetivos del Banco Central Europeo. Sin embargo, Álvarez-Borrás prefiere “no hacer muchas cábalas”. “Lo que nosotros miramos es la repercusión que tiene la inflación en las compañías que tenemos en cartera: como les afecta desde el punto de vista los costes, márgenes y su capacidad de pago”, argumenta. De hecho, el equipo de renta fija está aprovechando el actual entorno de caídas para invertir a buen precio. “Ha habido muchas oportunidades porque, cuando se producen estas correcciones tan fuertes, el mercado discrimina poco y vende todo”, subraya. “Así podemos entrar en compañías que teníamos en la lista de la compra y que teníamos bien estudiadas, pero que veíamos en valoraciones muy altas y que ahora han entrado en niveles atractivos”.
El año pasado, las carteras tenían una liquidez del 15% ya que las oportunidades eran limitadas, pero ahora la liquidez está al 3,15%. Uno de esos ejemplos es el bono subordinado de Grand City Property, una inmobiliaria especializada en el sector residencial con gran parte de sus activos en Alemania. Las caídas del mercado han llevado a la empresa a cotizar en un TIR del 6%. Tiene buenos fundamentales, ya que los activos están en ciudades con una densidad poblacional muy elevada, y la compañía goza de un índice de ocupación del 95%. “Es una empresa muy prudente con la gestión de su balance”, destaca Álvarez-Borrás. Aunque ha aprovechado los tipos bajos para financiarse, la empresa ha sido más cauta que el resto del mercado. Esto le otorga unos ratios sólidos: por ejemplo, su beneficio cubre en siete veces los intereses de la deuda. El mercado cree que Grand City Property no amortizará el bono en 2026; pero Álvarez-Borrás considera que se equivoca, ya que no hacerlo supondría un recorte del ‘rating’ y la empresa ha trasmitido al mercado que quiere mejorar su posición.
En cambio, ¿ dónde evitar entrar? El gestor se mantiene al margen de la deuda de empresas con poco ‘pricing power’, es decir, baja habilidad de pasar al cliente la subida de costes. Un ejemplo de esto son las compañías papeleras, que sufren tanto el alza del precio de la pulpa como la presión del coste energético. “Además, el producto que hacen no tiene un valor añadido tan alto, por lo que su negocio es poco diferencial y dificulta trasladar subidas de precios a los clientes”, argumenta.
De cara al futuro, el mayor potenciador de las rentabilidades sería un alto al fuego entre Rusia y Ucrania. “Mejoraría mucho la incertidumbre sobre el crecimiento en Europa”, considera. “El fin del conflicto también apoyaría la tendencia a la baja de la inflación, ya que caería el precio de las materias primas”.
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