¿A dónde van a parar los dividendos en un fondo de inversión?

¿Te has preguntado alguna vez qué pasa con los dividendos en un fondo de inversión? A diferencia de la inversión directa en acciones mediante la compra de títulos en Bolsa, con la que uno percibe la retribución de forma automática, en un fondo de inversión, al ser partícipe de forma colectiva junto a más socios, pueden ocurrir dos cosas.

25/04/2019
¿A dónde van a parar los dividendos en un fondo de inversión?

A diferencia de la inversión directa en acciones mediante la compra de títulos en Bolsa, con la que uno percibe la retribución de forma automática, en un fondo de inversión, al ser partícipe de forma colectiva junto a más socios, pueden ocurrir dos cosas: bien que se reinvierta, es decir, que se acumule en el valor liquidativo del fondo, aumentando el valor de la participación y favoreciendo que se incremente la rentabilidad por dividendo; o bien que se cobre, repartiéndose entre los diferentes partícipes de forma proporcional a las posiciones de cada uno. De este modo, según la política de retribución del producto nos encontraremos entre un fondo de acumulación o un fondo de reparto o distribución.

Veamos con más detalle las diferencias de uno y otro:

Fondos de acumulación

Cada vez que una compañía reparte dividendos, el importe se acumula en el valor liquidativo del fondo, lo que incrementa el patrimonio, ofreciendo más recursos al gestor para que los reinvierta, adquiriendo más acciones de la misma empresa u otras que considere una buena estrategia. Esta reinversión ofrecerá a largo plazo mayores rentabilidades para los partícipes. De este modo, el inversor no recibe en su bolsillo de forma directa esa retribución, pero sí de forma indirecta con el paso del tiempo. Al acumular los dividendos aumenta también el importe sobre el que aplicar el beneficioso interés compuesto, aquel por el cual los intereses se van sumando al capital inicial, haciendo mayor la base sobre la que aplicar la rentabilidad anual.

Desde el punto de vista fiscal, al no percibir ganancia ninguna, no tenemos que declarar por la misma hasta el momento en que reembolsemos la inversión en el fondo, donde ya sí hay que tributar en la renta por los beneficios obtenidos, en concreto, como renta del ahorro.

Fondos de distribución

En el caso de los fondos de distribución o de reparto, según cómo esté establecido en la política de retribución del vehículo, los dividendos se reparten periódicamente (mensual, trimestral, semestral o anual). La cuantía depende del total que hayan distribuido las compañías que integran la cartera del fondo. El reparto se hace de forma proporcional a la participación de cada uno de los inversores.

Al contrario de los fondos de acumulación, en el momento de cobro de estos dividendos, hay que pagar los impuestos por los beneficios obtenidos en el tipo marginal que le corresponda.

Se podría llegar a la conclusión de que los fondos de distribución o de reparto son más ventajosos para el inversor, ya que se obtiene liquidez de forma periódica, sin embargo, el partícipe pierde la posibilidad de que esa cuantía sirva para incrementar la rentabilidad del vehículo financiero, que es el gran atractivo que tienen este tipo de fondos de inversión.


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